sábado, 26 de octubre de 2013

Seguridad en redes

Para la siguiente actividad del curso "Educación conectada en tiempos de redes" me he fijado en dos páginas web: Pantallas Amigas y Tendencias Web.
En la primera de ellas he descubierto el concepto de infobesidad entendido como la dependencia creada por el correo electrónico, a la necesidad de consultarlo constantemente y a la urgencia no sólo de contestarlo, sino de recibir respuesta. Evidentemente el significado de este neologismo puede extenderse más allá del email a las redes sociales. El artículo se acompaña de la descripción de otras patologías asociadas al abuso de las nuevas tecnologías según la OIT, y de un vídeo que parodia la confusión de la vida real y virtual en jóvenes ciberadictos:
Pantallas Amigas
Debo confesar que ha sido mi curiosidad por el vocablo infobesidad el que me ha llevado a elegir este enlace; así como el convencimiento de que los beneficios de las redes sociales en educación deben alcanzarse minimizando sus efectos negativos, y que para ello debemos conocerlos.

En la segunda web he buscado el refrendo del uso provechoso de las redes. En ella se destaca el logro del diálogo abierto entre profesores-padres-alumnos. No he podido evitar recordar las última mejoras (modestas, pero mejoras al cabo) introducidas en mi IES gracias a las PDA y el software SGD. Por ejemplo: donde antes había que repartir en papel convocatorias individuales a las reuniones de los órganos colegiados del IES ahora se pasa un aviso por PDA; o la ventaja que supone el volcado de todas las incidencias diarias del alumnado a una página web con acceso privado que pueden consultar los padres cuando antes había que tratar de localizarlos por vía telefónica o postal. No obstante, lo mejor es la comunicación directa profesor-alumno fuera de los límites espacio-temporales de la clase; y sobre todo, la colaboración online con otros profesores con los que compartir recursos y experiencias:
Tendencias Web
En este caso he querido centrarme en una reflexión de los efectos positivos de las redes en la Escuela. Quizás por compensar el enfoque pesimista de la infobesidad.
En ambos casos me ha bastado una búsqueda en Google para obtener información interesante.

viernes, 25 de octubre de 2013

Sobre la identidad digital

Llevo en esto de Internet desde 1997. Por aquel entonces con un módem de 33,6 kb y unas facturas telefónicas que llegaban a las 40.000 pesetas. Desde entonces he vivido la revolución tecnológica de las redes (módem 56 kb, RDSI 64 kb, RDSI 128 kb, ADSL 256 kb, ADSL 512 kb... y así hasta los 10 Mb... a la espera de que vengan a instalarme la fibra óptica) sin saber nada sobre las leyes de Moore (la potencia de los chips se dobla cada 18 meses), Kryder (la capacidad de almacenaje se dobla cada 12 meses) y Nielsen (la velocidad de transmisión de datos se dobla cada 21 meses). Mi primera red de mensajería (no sé si se la puede llamar social) fue en ICQ y en 2001 incluso me lancé al ruedo de editar una página web con Frontpage de lo más primitivo. Entonces me comunicaba con los ciberamigos o ciberconocidos por IRC, MSN, Ventrilo... Tengo, como casi todo el mundo, múltiples cuentas de correo electrónico; pero uso habitualmente tres: una personal (familia y amigos), una profesional y otra virtual (con los ciberamigos). Siempre me ha preocupado mucho el tema de la privacidad y he procurado desligar mi vida real de la virtual, aunque sean dos caras de la misma moneda. En 2009 me abrí un perfil en Facebook (en España los adolescentes usan Tuenti y los jóvenes de espíritu el Cuarenti, o sea Facebook) y hasta ahora es la única red social que he utilizado con prudencia y poca presencia más allá de pulsar algún "Me gusta" o de postear alguna frase. En 2012 me invitaron a Linkedin y también me registré.

Actualmente estoy realizando un curso sobre Educación conectada en tiempos de redes y me está dejando un poco descolocado en cuanto a las posibilidades de las redes sociales y la necesidad de definir una identidad digital en torno a la cuál contruir un PLE (en castellano, Entorno personal de aprendizaje). Otras dos cuestiones me han llamado la atención poderosamente: la primera es la afirmación de que los profesores de hoy debemos preparar a nuestros alumnos para ejercer profesiones que hoy todavía no existen; la segunda es la constatación de que la única defensa posible que tenemos para nuestra identidad digital es la generación de contenidos positivos con una presencia activa en la red, tal y como explica el abogado David Maeztu:

 
Por último, no quiero olvidarme de recomendar las lúcidas y divertidísimas reflexiones de Barry Schwartz en "La Paradoja de Elegir". Aplicado al mundo de las nuevas tecnologías, es el mejor ejemplo de como vivimos en la Sociedad de la Información pero no podemos alcanzar la Sociedad del Conocimiento:
 

¿En la brecha?

El casco histórico de Ceuta se asienta sobre la zona ítsmica. Una estrecha franja de tierra entre el actual Foso Real y la plaza de la Constitución con su foso seco bajo el Mercado central de Abastos. En ella encontramos vestigios de la presencia fenicia hace 2600 años, restos de las factorías de salazón y garum de la Septem romana, la basílica paleocristiana de época bajoimperial o tardorromana, las murallas califales de la Sabta cordobesa y andalusí de Abd-al-Rahman III, y en ese espacio se fortificaron los portugueses tras la reconquista de la ciudad en 1415. Su topografía describe un plano inclinado con la playa hacia la costa norte de las aguas del Estrecho de Gibraltar y la costa sur elevada y acantilada. Todo su perímetro estuvo fuertemente fortificado hasta el punto de convertir la ciudad en una plaza inexpugnable. Paradójicamente en la actualidad la costa norte acoge el muelle deportivo y la sur la playa de la Ribera. Sobre ella, una calle meridional y soleada que los portugueses denominaron la Rúa de Berbería porque mira hacia el abrupto litoral mediterráneo marroquí.
En el año 1674 un fuerte temporal de viento de levante, arrasó parte de estos muros, produciéndose una gran brecha, suceso que da origen a esta vieja denominación, tanto de la muralla como de la calle, que a partir de entonces pasó a conocerse como de "calle de la Brecha". Esta rotura del muro se reparó de inmediato por orden del Gobernador don Francisco de Velasco y Tovar, que para testificar su autoría, ordenó empotrar en el muro su escudo de armas y una lápida como recordatorio fechada en 1683. En la actualidad esa vía se llama calle Independencia, en recuerdo de la guerra del mismo nombre que dió origen a la España contemporánea; y en ella nací y me crié yo.